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La gira The Wall de Roger Waters, la hermosa ciudad de Berlín sin su muro y otras barreras.

La gira The Wall de Roger Waters, la hermosa ciudad de Berlín sin su muro y otras barreras.

Ya es conocidísima la historia de cómo a Roger W. se le ocurrió el concepto de "The Wall", también que la obra no está exclusivamente dedicada al muro de Berlín, que en las diferentes versiones y presentaciones de esta gran, pero gran obra maestra del rock progresivo hay cientos de detalles respecto a las barreras emocionales que ponemos con nuestras relaciones, el trauma de crecer y convertirse en un simple ladrillo más de una pared inmensa. Una pared que divide, que no deja ver, que distorsiona el sonido, la realidad. Una pared que no deja que la gente se toque, se ame o se odie. Fui uno de los afortunados que pudo asistir al concierto de esta deidad del rock del día 18 de diciembre en la ciudad de México y meses después caigo en cuenta de que se me estaban escapando muchos detalles de lo poco que pude asimilar ese día. Comunmente escucho una canción de Pink Floyd al menos una vez a la semana. Ya sea porque me gusta o porque el modo random del reproductor del mp3 toca alguna. No me considero en extremo fan, he ido a otros conciertos de R. W. y a uno de D. Gilmour también en el DF, seguido estoy comprando uno que otro disco y admito que en esta ocasión tomé algunos vídeos de las canciones que más me gustan del álbum.

 

Recientemente hice con mi mujer un viaje a la ciudad de Berlín. Los dos queríamos ver los vestígios de la RDA, en concreto queríamos ver si quedaba algo de aquellos tiempos en los que Alemania estaba partida en el bloque capitalista y el comunista. Era parte de la historia contemporánea que nos tocó a ambos y que desde niños nos llamaba mucho la atención, de cómo una nación como esta, podía estar dividida y aunque no era la única ¡qué castigo! Era por haber comenzado una guerra con tendencias xenofobas e imperialistas. ¿Pero qué habían hecho con ese país después esa división?, ¿cómo se veía sus propios pobladores justo después de la caída del muro? Simplemente imaginar no bastaba. Había que ver películas alemanas para poder siquiera, ver una callecita o dos del otro lado de la pared. Tenía familiares que viajaban y alguno que otro que también vivían allá y yo paraba oreja para oir qué decían de esas lejanas tierras. Dejé la infancia y comencé a ir al cine a ver películas alemanas. ¡Eran mis favoritas!, siempre esperaba ver un paisaje oscuro con fuertes contrastes que me ayudaran a entender desde dónde estaba cada ciudad, qué ciudades de Alemania eran occidentales y orientales. ¡Ah!, yo quería visitar ése país. Tenía que hablar su idioma, compartir sus penas y sus grandes, que digo grandes, enormes logros en todas las actividades humanas. El cine de Werner Herzog y Wim Wenders no me bastó, había que leer a Grass y sus "años de perro", el complicado pero hermoso libro de "el tambor de hojalata", y las "opiniones de un payaso" de Heinrich Böll. Ya en la edad adulta películas como "adios a Lenin" o "la vida de los otros" aunado a que ahora mismo vivo en el mismo contienente sirvieron para alimentar todavía más mi curiosidad sobre Alemania y sobre todo por Berlín. Las cosas han cambiado mucho, la gente vive feliz, quedan algunos edificios sin remodelar y pareciera que esto es adrede para que la gente recuerde. No hay más muro en las puertas de Brandemburgo y tampoco la stasi, quedan imitadores fieles que por dos euros te dejan tomarte una foto.  También abrió sus puertas recientemente el museo de la DDR en donde puedes encontrar explicaciones de cómo funcionaban la vida e incluso puedes ver gente más o menos mayor visitando el museo y viendo algunos objetos con cierto dejo de nostalgia. Berlín es un recuerdo vivo de un muro que ya no está, de los tiempos del capitalismo y el comunismo, del autoritarismo de un lado y del despilfarro del otro. Es un ejemplo de orden que se traduce en avenidas amplias y limpias con grandes edificios modernos y trenes que circulan entre edificios antiguos dando una idea muy clara de a qué se le llama futuro. ¿Pero la Pared?, como decía al principio, veía un vídeo que yo mismo grabé de la canción de comfortably numb de la gira de Roger W. Entre que mi cámara no es muy buena y no puede grabar con nitídez ni audio ni vídeo, que el Palacio de los Deportes no es un recinto para escuchar conciertos de rock debido a que el sonido rebota por el domo y por la estructura cerrada y circular y que la gente gritaba para corear la canción, se me estaba escapando un detalle ¿Pero la Pared?, la tengo frente a mí. Atrás de ella hay una banda tocando ¿o están tocando músicos sustitutos?, ¿o no hay banda y lo que escucho es un simple playback? y es que tiempo después de haber ido al concierto me entra una sensación de no haber visto todo lo que tenía que ver ése día. De haberme perdido de algo. ¿Qué hay detrás del muro?, ¿cómo nos oyen corear las canciones los músicos del otro lado sin vernos?, ¿cómo saben que no nos hemos molestado por alguna nota no bien ejecutada?, ¿cómo saben que los adoramos? Dar un concierto a ciegas. Con pero sin público. Oir aplausos y no ver a la gente aplaudiendo. Ser espectador de uno de los conceptos más interesantes en la música rock del siglo XX y no ver a la banda que toca todo ese delicioso ruido. Hasta aquí no tengo más palabras. Una pared me lo impidió. No me permitió ver la ejecución de una canción emblemática de mi fanatismo por esta banda. A la vez, The Wall me puso nuevamente a reflexionar sobre la duda, sobre las inseguridades, lo auténtico, el amor, el arte, mi perspectiva como espectador de un concierto de rock que meses después recibe el mensaje desde el otro lado del muro: las barreras distorcionan, matan, alimentan lo malo, producen una visión equivocada de la existencia, provocan juicios injustos, esclavizan. Con una sola canción y un muro de juguete pude recibir este mensaje.

 

¿Y el muro en Berlín?, ¿lo podré ver al fin cuando haya madurado otro poco y pueda entender el mensaje?

 

La historia contemporánea también cuenta que han habido otros muros y otras dolorosas divisiones, pero esas ustedes las conocerán bien y no hablaré de ellas. Solamente espero poder ser capaz de recibir el mensaje de los que están del otro lado.

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